Esta fiesta siempre me ha llamado la atención, no sé por qué.
Pero es una fiesta que me encanta, veo a
los niños siendo niños, a los padres ayudando.
Aunque a veces no te den ni truco ni
trato.
Cuando era pequeña nunca lo hacía, si me
hubiera gustado todos los años disfrazarme y eso.
Recuerdo en el colegio hacían un concurso
de calabazas, la mejor decorada ganaba. La verdad que poca importancia le dabas
antes esos momentos con amigos abriendo la calabaza, quitando las semillas,
haciendo le los ojos y la boca, eran buenos tiempos.
Lo malo es que siempre que quería
disfrazarme, pasaban cosas.
Ahora me encantaría disfrazarme, pero como
siempre mi problema, es que me da cosa hacer las cosas sola.
¡Vergüenza! ¡Maldita vergüenza!
Será porque siento que si le digo a las
personas que están a mi alrededor que se apunten conmigo, lo mismo no quieren o
lo ven una estupidez.
Y si sé que hay sitios, donde puedes ir
disfrazado para pasarlo bien y conocer gente, pero sola la verdad no me animo.
Por eso disfrutar
cuando podáis, porque algún día
querréis y será
tarde.